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Y si no te quiero, por qué hay noches que las paso pensando en ti, noches en las que cuando consigo coger el sueño sueño contigo. Me despierto y eres la persona a la que necesito decirle buenos días, a la que necesito ver cada día para poder tener un motivo por el que sonreír. Que todo lo bonito me recuerda a ti, cada vez que recuerdo tus besos me da algo por dentro, algo que me hace mierda. Que sonrío como una gilipollas cada vez que me dices algo por insignificante que pueda parecer. ¿Eso no es querer?

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Al principio hablaba contigo porque me reía, me caías de puta madre y por eso quedaba contigo, porque eras una persona con la que puedes reír sin miedo, en la que puedes confiar y no tienes que dar nada a cambio. Y poco a poco fui dándome cuenta de que lo que realmente me gustaba de ti no era solo eso, era todo. Desde lo más superficial que puedas tener hasta el trocito más profundo de tu corazón. Te lo digo de verdad, con tus sonrisas, tus abrazos, tus besos en la mejilla me haces la persona más feliz de este mundo y si me dejas decirlo, de todo el universo entero.
Te has ganado una parte de mi que ya lleva tu nombre, es tuya y solo puedo pedirte que la cuides, que cada día sonrías porque si no lo haces el sol ese día no saldrá para mí. Que eres lo más bonito que puede haber y que por favor sigas así siempre porque gente como tú poca, muy poca.
Me encantaría pasar todas las noches de mi vida contigo. Despertar y que lo primero que vea al abrir los ojos sea tu carita acurrucada en mi pecho, me muero por eso. Desayunar contigo, compartir sonrisas, miradas, suspiros.. Decirnos lo mucho que nos queremos sin tener que utilizar palabras. Hacer el amor contigo todos y cada uno de los días de mi vida. Cada día regalarte una sonrisa al despertar y robarte un beso antes de que te duermas. Cosas que imagino y que espero que pasen algún día.
Sueño que te tengo aquí, a mi lado, a escasos milímetros de mí. Y noto tu respiración, primero pausada y cada vez más acelerada a medida que me acerco a tu boca. Y en ese momento llega el beso, ese beso suave y perfeccionista que solo tú sabes dar, ese beso que no calma la sed sino que aumenta las ganas de ti. Luego las caricias por el cuello, bajando por tu espalda, tu cintura, barriga... Los bocados en la oreja, en el cuello. El poder quitarte la ropa, esa sensación es asdfghjkl, indescriptible. Me muero porque pase algo así, algo tan perfecto. Quiero que me guíes en esto, por favor, ve siempre a mi lado.

Gracias.

Lo he decidido, lo tengo claro. No voy a rallarme por una persona. Voy a vivir la vida, voy a ser feliz. Lo que tenga que venir que venga porque sé que podré afrontarlo por difícil que sea. Los millones de errores que he cometido me han enseñado a seguir adelante, a levantarme tras la caída más dura de todas, a cerrar los ojos, volver a abrirlos y ganar a los problemas por muy grandes que fueran éstos.
Lo que más me anima de todo esto es tenerla cada día a mi lado. Es una persona enorme, tiene un corazón que no le cabe en el pecho y sabe que me va a tener aquí para todo lo que necesite y más. Con sus sonrisas y sus lágrimas me ha enseñado que la vida merece la pena vivirla con las personas que te quieren, con las que te cuidan y ella lo es todo para mí.
Inma, te adoro.