Para qué lo intentamos, si los obstáculos son tan grandes y las probabilidades tan pequeñas. Por qué no tiramos la toalla y nos vamos a casa. Sería mucho más fácil.
Lo hacemos porque al final no hay gloria en lo fácil. Nadie recuerda lo fácil. Recuerdan la sangre, los huesos y la agonizante lucha hasta la victoria.
Y así te conviertes en leyenda.
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