martes, 3 de abril de 2012
Sentir sus labios rozando los tuyos, sin que lleguen a besarte, esa sensación de querer acercarte y besarle de una vez y en ese mismo instante sentir que estás volando, no quieres que ese momento termine nunca. Estás cómoda, antes no habías conseguido ese equilibrio y ahora tienes miedo a que se vaya, a que por arte de magia despiertes de este sueño tan profundo y bonito. En cierto modo puede ser verdad, todo esto puede estar ocurriendo en la realidad, pero no quieres estropearlo, tienes miedo a besarle, a que justo cuando quieras acercarte más todo se esfume, como el humo en la boca de un fumador, prefieres permanecer toda tu vida al límite de un beso, solo con el roce de los labios, que perder todo en un instante, en un segundo eterno.
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