domingo, 12 de abril de 2015

Dejo la puerta abierta.

Esta tarde he salido a pasear, a buscarme a mí misma al girar una esquina, y me he encontrado más cerca de lo que esperaba.

Las cafeterías estaban abarrotadas de gente con historias, cafés a medio beber y miradas sin dirección fija. En una esquina, pasando desapercibida me encontraba yo. Auriculares en los oídos (aislada del mundo), ordenador frente a mí y un café a mi lado para darle un poco de sabor a esta tarde. Creo que nunca me había planteado ir sola a un bar y esperar descubrir algo, pero hoy salí a la calle y volví a encontrarme con ese “yo interior” que había dejado escapar sin darme cuenta.

Granada, cada día, cada hora, me enamoras más. Esta ciudad te cura por dentro y por fuera, te hace grande, y te enseña personas y sitios que jamás habrías imaginado.


No voy a perder(me) de nuevo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario