miércoles, 18 de enero de 2012

Reflexiones 14.

Si supiera que estaría abrazándole cada hora, cada minuto, cada segundo de cada día...Abrazándole y besándole. No pararía de saborear sus labios, su boca...Y es que le quiero. Le amo con todas mis fuerzas. ¡Cómo es posible que todavía haya gente que diga que a los dieciséis años no se sabe lo que es el amor...! Que eso no es un amor verdadero. Y entonces, ¿qué es? Si me duele con tan solo pensarlo...
Miro mi reloj. ¿Qué estará haciendo ahora? ¿Y si le llamo? No, no quiero ser pesada. No quiero molestarle. ¿Qué le podría decir, además? Si ya le veo cada día en el instituto...No, no puedo ser una pesada. ¿Un sms? No, tampoco. Eso sería peor aún. ¿Y si luego no me contesta como ha pasado otras veces? Me pongo nerviosa, tensa. Creo que le importo lo más mínimo. Es duro amar en silencio.
El ordenador. Internet. Seguro que a esta hora anda en el tuenti. Últimamente hablamos mucho, más de lo habitual. Aunque a veces tarda en contestarme. Silencios largos. Silencios eternos.
Entro en mi tuenti, y tecleo la clave. No está. Salgo del tuenti y vuelvo a escribir la contraseña. Diez veces en media hora. No aparece.
Finalmente, derrotada, me tumbo en la cama con la almohada sobre la cabeza. En mi mp3 suena Rena.



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